domingo, 14 de julio de 2013

¿Cuándo fue la última vez que pasaste miedo con una película?

Y digo miedo de verdad, no digo mal rollo, ni asco, ni angustia. Las últimas cintas que me pusieron la carne de gallina y medieron mal rollo fueron “Ahí va el Diablo” y “The Lords of Salem”. Pero no hablo de eso. Hablo de esa sensación que te tiene en tensión y alerta durante toda la proyección, con un nudo en el estomago y completamente expectante de lo que pasará a continuación. Hablo de gente pasándolo verdaderamente mal en la proyección. Hablo de recordar secuencias de la película días después y sentir un escalofrió recorriéndote la espalda.
Para los que ya somos un poco más veteranos como un servidor esas sensaciones corresponden normalmente a películas que vimos en la adolescencia o incluso en la niñez, en mi caso fueron “El Resplandor (The Shining)”, “Phantasma” y “Poltergeist”.  Pelis que nos provocaban pesadillas e imágenes que se quedaban grabadas en nuestra retina a fuego. Cada uno tiene alguna película que le horrorizo siendo pequeño y que le dejo sin dormir. Cuando uno crece esa sensación se va perdiendo. Incluso esas mismas que antes nos dieron miedo, ahora se ven con menor candidez. Pero de vez en cuando sale alguna película que te recuerda que el cine es capaz de dar miedo. La película que ha conseguido eso conmigo este año hasido “The Conjuring” (Expediente Warren).
The Conjuring (Expediente Warren)" está basada en dos personajes reales, el matrimonio formado por Ed y Lorreine Warren. Esta pareja alcanzo gran notabilidad en los años 70 debido a que estudiaban fenómenos paranormales, en su mayoría fraudes, algunos tan sonados como el que inspiro“Terror en Amityville”.  La pareja la dan vida con asombrosa credibilidad, Patrick Wilson y Vera Farmiga, y este es el primer acierto de una larga serie del director, James Wan. Wan no ha buscado estrellas, ni actores que resulten familiares a los aficionados al género, sino actores convincentes que se dejen la piel en pantalla. Y no solo los investigadores, sino toda la familia protagonista, desde los padres hasta el último de los niños están perfectos. Porque toda la película destila esa autenticidad. De acuerdo, se nos está hablando de casas encantadas, de fantasmas y posesiones pero todo es tan realista que nos convence de que lo que está contando es cierto. La ambientación en la década de los 70 es remarcable,de la misma forma que lo es la fotografía y el sonido. Todo da la sensación de ser palpable. Olvidaos de los efectos digitales de las últimas décadas, todo en “The Conjuring” provoca la sensación de estar asistiendo a una pesadilla. Y todo está tratado de forma muy física, he aquí otro de los grandes logros de la película de Wan. Normalmente en las películas de fantasmas todo es muy etéreo,irreal. Aquí sentimos verdadero temor por la integridad física de esas niñas aterrorizadas y el temor de las pequeñas se transmite al espectador. Uno se revuelve en su butaca a cada nueva secuencia de este tour de forcé que va incrementando su intensidad.

James Wan, responsable de algunos de los títulos más importantes de este siglo en lo que a cine de terror se refiere como son “Saw” y “Insidious” se corona con esta “The Conjuring” como uno de los grandes maestros del terror actuales. Parece como si hubiera aprehendido todas las virtudes de los films citados y hubiera dejado fuera todos los defectos.Une película sin grasa, en la que se nos presenta a unos personajes con los que empatizar (gracias a un guión bien escrito) y los lleva a situaciones extremas y construido de forma tan inteligente que no necesita prácticamente mostrar sangre para asustarnos. No exagero cuando digo que en unos poquitos años hablaremos de “The Conjuring” como una de las grandes obras maestras del terror a la altura de títulos emblemáticos como “El Exorcista” o las nombradas alcomienzo del artículo. Y la referencia al terror cristiano de “El Exorcista” noes gratuita. Puedo decir, sin ruborizarme, que “The Conjuring” va ha hacer más por el cristianismo que el mismo Papa. Así de buena es.

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