miércoles, 27 de febrero de 2013

El humor... el humor...

Hoy nevaba en Madrid, mientras con los compañeros de trabajo estábamos en la calle fumando. En un momento la ceniza voló como si fuera nieve y por un momento ceniza y nieve se confundieron. A lo que un servidor comento: “No es nieve es ceniza. ¿Pero esto que es Austwichz?” Más o menos la mitad del grupo se rió y la otra mitad casi se ofendió por el comentario. Curiosamente la mitad que había reído ya lo había hecho en otras ocasiones con bromas parecidas. En otras palabras “Sabían” de que iba el chiste. No es que tuvieran más afinidad por un determinado tipo de humor (negro) sino que reconocían que el comentario era parte de una broma más larga. Dentro del grupo de los que se rieron algunos lo hicieron con remordimiento como si les pareciera mal reírse (siempre encontrareis este tipo de reacciones de culpabilidad cuando se trata de humor negro). El humor muchas veces depende de la empatía que sintamos con el objeto del chiste o con el que está haciendo el chiste. ¿Eres un insensible por reírte con un chiste sobre el holocausto? ¿Si te ríes no estás apoyando un poco el asesinato y exterminio de millones de personas? Algunas personas parece que así lo sienten. Y por eso no le encuentran la gracia, e incluso se sienten ofendidas.
Por el contrario creo que el humor es uno de los mejores vehículos para la crítica.  A través del humor resulta muy fácil poner en evidencia comportamientos o conductas que resultan reprobables.   ¿Por qué nos dicen muchas veces “con eso no se puede bromear”? ¿Por qué no? Porque el hacer humor con algo hace que nos replanteemos nuestra relación con el objeto de la risa. Puede hacernos pensar. Y eso es algo que habitualmente no gusta que hagamos. El mejor ejemplo de esto que estoy diciendo son los fanáticos islamistas y sus iras ante las caricaturas o chistes sobre Mahoma. En el Islam no se puede  representar al profeta, sospecho que porque la representación le humaniza. Y si hay algo que hace condenadamente humano a alguien es el humor. Y cuando digo humano quiero decir débil.  Quiero decir imperfecto.  Quiero decir vulnerable.
Por eso el humor está íntimamente ligado con el conocimiento. No solo con el conocimiento intelectual, también con el emocional.  Probablemente no encontremos graciosa una situación puesta en evidencia en un chiste sino la hemos vivido o padecido en algún grado. Se habla de que la comedia  es tragedia + tiempo. Yo añadiría + espacio + conocimiento. Evidentemente si nos encontráramos en Alemania en 1940 jamás se me ocurriría bromear con algo como lo expuesto al principio.  Tampoco se me ocurriría hacerlo si mi audiencia fueran supervivientes del holocausto.  Por eso un chiste sacado fuera de contexto rara vez es gracioso.
El humor es lo más subversivo que existe . La más cruda de las realidades entra mejor con humor (algo que los artistas saben desde siempre). Riámonos un poco más de nosotros mismos  y de todo lo que nos rodea.