Creo que ya he digerido
el hostiazo visual que George Miller con sus 70 añazos da al espectador con su
nueva Mad Max. Quitemonos de en medio rápidamente las cosas que no me han
gustado. Tom Hardy no es Mel Gibson. Tom Hardy es mucho mejor actor que Mel
Gibson, pero le falta una cosa de la que Mel Gibson desborda y es carisma (o ese
algo especial, como lo quieras llamar). El Max de Mel Gibson es como ese Clint Eastwood
que solo necesita una mirada y su mera presencia para que en sus ojos veas un
pasado, una historia que no se cuenta con palabras. Hardy se esfuerza pero no
lo tiene. Por eso quizás son necesarios esos flashbacks que atormentan a Max (y
que no me gustan nada). Hardy no lleva las heridas en la mirada, Gibson si.
Todo esto sería terrible si el protagonista de la función fuera Max pero por
suerte no es así. Porque la verdadera protagonista es Furiosa (y esa Charlize Theron en estado
de gracia demostrando que es una de las mejores actrices vivas que se atreve
con absolutamente todo y sale victoriosa). Su personaje Furiosa no solo es una
luchadora que no necesita a un hombre a su lado sino que, más importante todavía,
es alguien que se ha dado cuenta de que algo está mal y no va a continuar haciéndolo.
Miller con 70 años no
solo da una lección de cine a las nuevas generaciones de directores sino a todo
a aquel que se quiera acercar al ruido y la furia de su universo. Porque a
diferencia de los nuevos cachorros acomodados del cine actual, que dominan la técnica
y que olvidan el alma cuando se trata de articular un espectáculo de acción,
Miller si tiene un discurso. No es engañéis por la aparente sencillez de la
trama. Esto no es solo una persecución de dos horas que quita el aliento.
Miller está furioso con este mundo que nos ha tocado vivir y cada fotograma de
la película lo demuestra (además de la furia en cada plano hay una nueva idea temática
o un acierto visual. Hasta el punto de que es necesario una segunda visión para
captar todo aquello que hemos perdido). Pero Miller no es tan tonto de
articular un discurso con grandes diálogos o explicaciones aburridas, no, él lo
muestra todo en imágenes. Lo que el cine debe ser. Es curioso que gran parte de
los temas que aparecen en esta Mad Max ya estaban en “Happy Feet” sustiyendo
punks apocalípticos por pingüinos y las luchas de coches por canciones y
bailes. Miller añade un tema nuevo y lo hace centro de la narración: la
rebelión de la mujer ante un sistema patriarcal opresor. Porque Mad Max: Furia
en la Carretera habla de la revolución y no lo hace de forma nihilista o cínica,
lo hace (insisto) de forma tan inteligente que no lo articula con palabras sino con
hechos (imágenes).
Y que imágenes. Para
los que hemos crecido leyendo los tebeos tipo Zona 84 o Metal Hurlant es
como si Miller nos hablara directamente al corazón con esa estética apocalíptica,ese
villano que es cruce entre el Baron Harkonen de “Dune” y un personaje de los
citados comics. Todo eso y un tio que toca una guitarra que lanza llamas !!